Aquí
estamos, tú, yo, dos cafés y un cuaderno a medias.
Eriel:
El cuaderno de nuestras vidas, escrito con tinta indeleble. Escrito poco a
poco, un poquito cada día, sin prisa pero sin pausa. Historias escritas a veces
inconscientemente, casi sin darnos cuenta y otras tan vehementemente
que nos aplastan y nos asfixian.
Esta es
la parte bonita –o no tan bonita- del cuaderno de nuestra vida, la parte que
queremos contaros. O quizá la parte que nos queremos inventar.
Mia:
Inventar... Inventamos ese camino apenas indagado, el sendero que nos lleva al
plenilunio en mitad del bosque, sólo nosotras, nosotras y el universo
entero. Poco a poco damos nuestros pasos, elegimos nuestras
decisiones. Erramos, y aprendemos a aprender.
Caminamos, pisamos , a veces zarzales, a veces pétalos de rosa. A veces nos
sangran los pies, otras veces sentimos el frío terciopelo en nuestra
piel. Gritamos al aire, nos revolvemos a la brisa, nadamos contra el mar.
Y poco a poco vamos llenando estas páginas
Eriel:
Escribimos, puede que en la última página porque no sabemos donde va, o puede
que simplemente… nunca forme parte de él.
Quizá tan sólo termine siendo un anexo, o un borrador inacabado, pero será el
nuestro. El de dos amigas que un día decidieron compartir algo con el mundo,
meterlo en una botella, lanzarla al mar y dejar que alguien diera con ella.
Mia:
Quizá alguien la encuentre en la playa de una isla desierta, con la arena
caliente y húmeda acariciando suavemente todo su cuerpo, mientras su mente,
viaja a mundos todavía inexplorados.
Que
como la marea que la llevó hacia él, se deje llevar, deje sentir, sacuda su
cuerpo un escalofrío, vuele su imaginación, levite su alma. Que sea libre, como
las gaviotas acariciando las nubes, como las sirenas cantando a los peces.
Libre, como el mar, como nosotras.
Eriel & Mia
No hay comentarios:
Publicar un comentario